Resulta bastante curioso que seamos capaces de comprender que si dejamos de comer, el cuerpo enfermará. Que si dejamos de alimentar a la mente, cuando pasen algunos años degenerará. Y que si dejamos de alimentar los sentimientos, el corazón se hará tan duro como una piedra y tan pequeño que solo cogeremos en él nosotros mismos y nuestros demonios. Sin embargo, algunos piensan que, aunque dejen en ayunas al alma, eso no les afectará… ¡Qué gran error!

Cuando el espíritu se siente solo y triste, revolotea entre nuestras costillas dando vueltas alrededor del corazón, y eso se traduce en ansiedad, falta de aliento, ira, frustración y un “no sé qué me pasa, pero no estoy bien…” Lo que degenerará en lo que venimos llamando las Enfermedades del Alma. Cuyo único remedio es éste, darle a nuestro espíritu el sustento que necesita...

lunes, 28 de diciembre de 2015

Seis Pequeños Cuentos...


1º- Un día los hombres del pueblo decidieron rezar para pedir que lloviera. El día de la oración, toda la gente se reunió, pero solo un niño llegó con un paraguas. ¡Eso es FE!
2º- Cuando alzas a un bebé en el aire y se ríe es porque sabe que lo atraparás de nuevo. ¡Eso es CONFIANZA!
3º- Cada noche nos vamos a dormir sin la seguridad de que estaremos vivos a la mañana siguiente, y sin embargo ponemos el despertador para levantarnos. ¡Eso es ESPERANZA!
4º- Hacemos grandes planes para mañana a pesar de que no conocemos nada del futuro. ¡Eso es ILUSIÓN!
5º- Vemos el sufrimiento y a pesar de ello nos casamos, tenemos hijos y seguimos creyendo. ¡Eso es AMOR!
6º- Había un anciano con la siguiente frase escrita en su camiseta: “No tengo 80 años, Tengo 16 con 64 años de experiencia”. ¡Eso es ACTITUD!
Por tanto, intenta vivir tu vida así, con Fe, Confianza, Esperanza, Ilusión, Amor y Actitud. Quien hace esto, cuando llegue la muerte no le podrá reprochar que haya estado perdiendo el tiempo...


http://www.edicionescydonia.com/50cuentossanar/50cuentossanar.html

lunes, 21 de diciembre de 2015

El Príncipe



Contaba Facundo Cabral que, cuando era joven, antes de ser cantautor, cierto día, paseando por las calles de su pueblo mientras se dirigía hacia su trabajo, de repente, alguien se cruzó en su camino y le dijo: - Eh amigo, ¿dónde vas con esa cara de amargado? - Facundo, visiblemente molesto, le contestó: - ¿Qué te importa a ti mi cara? ¡No veo la tuya! ¿Acaso eres tú un príncipe? - A lo que el extraño contestó: - ¡Sí! Lo soy. – Y mientras decía esto, se quitó la capucha que llevaba y dejó ver su rostro, de ojos grandes y bondadosos, con barba y pelo largo - ¿Cómo si no llamarías al Hijo del Rey Celestial? – Facundo, muy impresionado, bajó la cabeza y comenzó a llorar. En tanto, el hombre, poniendo una mano en su hombro, le dijo antes de desaparecer: - Y tú también eres un príncipe. Todos los hijos e hijas de Dios son príncipes y princesas, aunque lo hayan olvidado… -


lunes, 14 de diciembre de 2015

Mi Maestro



Una noche tuve un sueño... soñé que estaba caminando junto a Jesús y, a medida que avanzábamos, pasaban escenas de mi vida. Por cada escena noté que quedaban dos pares de huellas en la arena. Unas eran las mías y las otras de él. Cuando la última escena pasó, miré hacia atrás y descubrí que muchas veces solo estaban las pisadas de un par de pies. Entonces noté también que eso sucedía en los momentos más difíciles de mi vida y aquella visión me perturbó, entonces pregunté: - Maestro, tú me dijiste que andarías conmigo siempre, pero durante los peores momentos de mi camino había en la arena solo un par de huellas. No comprendo por qué me dejaste solo cuando más te necesitaba - Jesús, mirándome con amor, me contestó: - Querido niño, te he amado, te amo y te amaré. Jamás te abandonaría en los momentos difíciles. Cuando viste en la arena solo un par de pisadas, era porque en esos momentos yo te llevaba en mis brazos -


lunes, 7 de diciembre de 2015

Ganesh



"Cuando el pequeño salió del templo hinduista con una flor en la mano, su padre, extrañado, le preguntó de dónde la había sacado. Entonces el pequeño le dijo: - Me la ha regalado el niño con cabeza de elefante que se sienta sobre un loto ahí dentro. Está muy triste porque nadie quiere jugar con él. Yo le cogí de la mano y le hice reír un poco, por eso me dio esta flor como prasad. Todos los niños, aunque sean dioses, deberían tener a alguien para que jugara con ellos y les hiciera reír ¿no te parece, papá? – Entonces el padre, sin saber qué decir, miró a su hijo y, dejando todo lo que tenía que hacer, lo cogió de la mano y se fueron juntos a jugar al parque." 50 CUENTOS UNIVERSALES PARA SANAR TU VIDA



lunes, 30 de noviembre de 2015

La Vida es Sueño



Hace algunos días presentaba mi último libro, 50 Cuentos Universales para Sanar tu Vida, en una librería de Jaén cuando comencé a explicar que los cuentos que conocemos, los que solían contarnos nuestros mayores, eran cuentos para dormir, en cambio, los que yo escribo, son cuentos para despertar. Sin embargo, una niña que estaba entre el público levantó la mano y me preguntó: - ¿Qué diferencia hay entre el sueño y la vigila? – Muy admirado por su pregunta, le pregunté también: - ¿Has tenido alguna vez un sueño que parecía ser muy real? - ¡Sí! – Exclamó ella – Pues este mundo es como ese sueño y mis cuentos pueden despertarte para que vivas la realidad – Seguí con mi argumento. Sin embargo, la pequeña me volvió a preguntar: - Entonces, ¿cómo sabemos si ahora estamos dormidos o despiertos? – Porque cuando estás despierto eres capaz de amar a todas las criaturas y también eres capaz de sentir por ellas tanta compasión que el corazón se expande y te dan ganas de gritar de felicidad – dije. En ese momento la pequeña me guiñó un ojo y… me desperté. Totalmente admirado, toqué el cuerpo de mi mujer, que dormía a mi lado, después abrí bien los ojos y miré la lámpara de noche que tengo sobre la mesilla. ¡Todo había sido un sueño! Sin poder dar crédito, me quedé reflexionando sobre la increíble lección que aquella pequeña mensajera del Destino me había dado y tuve que levantarme para apuntar rápidamente todo lo que había sucedido. Luego regresé a la cama y ahora no sé si vivo o sueño, si lo que escribo es real o si aún estoy durmiendo…

domingo, 22 de noviembre de 2015

El Maestro de Verdad




En cierta ocasión, mientras caminábamos de regreso a nuestro ashram en la montaña, un hombre occidental se acercó a mi maestro y le preguntó qué diferencia había entre un maestro real y uno falso. Entonces mi maestro se detuvo y se quedó esperando en el camino como si supiese que alguien iba a pasar. Así, cuando reconoció a un famoso erudito de la región, se acercó a él y le preguntó: - Maestro, ¿hacia dónde se dirige?Voy a tal ciudad – contestó el hombre – Y, ¿puedo preguntarle por qué se dirige a ese lugar? – Insistió mi maestro – Bueno, porque necesito ver a alguien que está allí – respondió finalmente el erudito mientras se despedía de nosotros a toda prisa. - ¡Ya ves la diferencia! - dijo mi maestro mirando al hombre que le había formulado aquella pregunta. Pero el occidental, encogiendo los hombros, replicó: - No lo entiendo, ¿acaso no ha ido usted también a la ciudad esta mañana como ese otro hombre? - Pero mi maestro, sonriendo, finalmente le dijo: - La diferencia es que yo fui a la ciudad porque alguien me necesitaba allí, en cambio él va porque necesita a alguien de allí - 

domingo, 15 de noviembre de 2015

La Mano de Dios





En cierta ocasión, un ángel disfrazado de monje hinduista pasó por delante de una mezquita y sintió curiosidad. Al asomarse, algunos de los que se encontraban dentro le gritaron y amenazaron con golpearle si no se marchaba. Sin decir nada, el ángel se dio la vuelta y se alejó, pero al pasar junto a un derviche ciego, el hombre reconoció el Espíritu del Señor en aquella criatura y lo llamó a gritos, conduciéndolo hasta su casa, donde comieron y conversaron, despidiéndose después.


Los que se encontraban en la mezquita, que habían visto la escena, creyendo que el ciego no sabía que había alojado a un infiel, arribaron hasta su casa al día siguiente y le recriminaron lo sucedido, a lo que el derviche contestó: - Las almas débiles y poco desarrolladas no tienen otra manera de amar más que odiando todo lo que les es ajeno. Este instinto es similar al del perro que protege la propiedad de su amo contra los intrusos, solamente que el instinto canino es mejor, ya que el perro jamás toma a su amo como enemigo, ni a su hermano como forastero, aunque venga éste disfrazado con cualquier vestimenta - Los hombres, que no entendieron nada, se marcharon burlándose de él.

domingo, 8 de noviembre de 2015

El Derviche y el Banquete Real


En la corte real tuvo lugar un fastuoso banquete. Todo se había dispuesto de tal manera que cada persona se sentaba a la mesa de acuerdo con su rango. Todavía no había llegado el monarca cuando apareció un derviche muy pobre, vestido con harapos y, sin vacilar, se sentó en el lugar del trono. Este insólito comportamiento indignó al capitán de la guardia, quien, ásperamente, le preguntó: – ¿Acaso eres un visir para sentarte ahí? – ¿Qué dices, infiel? ¡Mi rango es superior al de visir! - contestó el derviche – ¿Acaso eres un primer ministro? - volvió a preguntar el capitán – ¿Que dices? ¡Mi rango es superior al de primer ministro! - El capitán siguió inquiriendo: – ¿Acaso eres el mismo rey? – ¿Cómo puedes decir tal cosa? - contestó el derviche - ¡Mi rango es superior al del rey! – ¿Acaso eres el Califa? - preguntó de nuevo el capitán de la guardia. - ¡Insensato! - contestó el derviche - Mi rango es superior al del Califa - Pero señor, sólo Dios está por encima del Califa - ¡Sí! - contestó de nuevo el derviche, pero mi rango es superior al de Dios - ¿Cómo puedes decir eso? - Dijo el capitán de la guardia - ¡Nada es superior a Dios! - A lo que el derviche, finalmente, contestó - Efectivamente, ahora sabes mi identidad. ¡Esa nada soy yo!-


lunes, 2 de noviembre de 2015

Ahora sé lo que hay en mi Corazón


“Un antiguo cuento de Idries Shah relata que cierto derviche de la orden Bektashi era respetado por su piedad y su virtud. Siempre que alguien le preguntaba cómo había llegado a ser tan santo, invariablemente respondía: - Porque sé lo que hay en mi Corán (Corazón) - Un día alguien oyó esta respuesta y le preguntó: - Bueno, ¿y qué es lo que hay en el Corán?- En el Corán - respondió el Bektashi - existen dos flores prensadas y una carta de mi amigo Abdullah.”


El judaísmo me enseñó la belleza y la realidad de un Dios único al que buscar para poder adorar como es debido. De Jesús de Nazareth aprendí a mantener con ese buen Dios una relación íntima y personal que, por el hechizo del Amor, superaba todas las distancias entre criatura y Creador y podía llamar Padre. Del Islam aprendí a llevar una práctica espiritual constante, capaz de doblegar al ego. El sufismo me enseñó que Dios también se encontraba dentro de mí, además de fuera. Del hinduismo aprendí que Dios, aunque es Uno, se reparte entre todas sus criaturas, y que mira con los ojos de cualquiera de ellas. Y del budismo aprendí que, si quiero conocer a Dios, debo conocerme primero a mí mismo...

50 CUENTOS UNIVERSALES PARA SANAR TU VIDA

domingo, 25 de octubre de 2015

En Busca del mi Alma Olvidada


“Hace mucho tiempo un hombre fue a ver a mi maestro y, llorando, le dijo: - Señor, he notado que, desde hace algunos años, he perdido la ilusión de vivir. Ya nada me apasiona, nada me inspira, no tengo nada que me haga levantar cada mañana, la angustia me invade y ya no puedo más. Por eso he venido a preguntarle qué puedo hacer. Ayúdeme, Guru-ji ¡Usted es mi última esperanza! - A lo que mi maestro contestó: - ¡Te equivocas de persona! Realmente a quien debes buscar es al niño que fuiste para preguntarle a él qué es lo que le hacía feliz. Desafortunadamente, con los años nos vamos olvidando de los sueños que teníamos cuando éramos pequeños, y junto con ellos, dejamos además abandonada nuestra inocencia en el camino, la cual sigue esperando pacientemente que volvamos a buscarla. Intentando tapar ese hueco vacío que hemos dejado en el alma, tratamos de llenarlo con las cosas de este mundo, pero la felicidad real no pertenece a este mundo, por eso sufrimos, porque lo que nos metemos no es capaz de calmar nuestra sed, sino más bien todo lo contrario, siempre nos deja más sedientos. Hijo mío, la felicidad no entiende más lenguaje que el de la inocencia. Por tanto, ¿cómo podrías ser feliz habiendo olvidado el lenguaje de la felicidad? Entiende de una vez que solo el niño que fuiste tiene las respuestas que buscas. Solo el niño que eras podrá ayudarte a encontrar el País de Nunca Jamás”