Resulta bastante curioso que seamos capaces de comprender que si dejamos de comer, el cuerpo enfermará. Que si dejamos de alimentar a la mente, cuando pasen algunos años degenerará. Y que si dejamos de alimentar los sentimientos, el corazón se hará tan duro como una piedra y tan pequeño que solo cogeremos en él nosotros mismos y nuestros demonios. Sin embargo, algunos piensan que, aunque dejen en ayunas al alma, eso no les afectará… ¡Qué gran error!

Cuando el espíritu se siente solo y triste, revolotea entre nuestras costillas dando vueltas alrededor del corazón, y eso se traduce en ansiedad, falta de aliento, ira, frustración y un “no sé qué me pasa, pero no estoy bien…” Lo que degenerará en lo que venimos llamando las Enfermedades del Alma. Cuyo único remedio es éste, darle a nuestro espíritu el sustento que necesita...

lunes, 7 de diciembre de 2015

Ganesh



"Cuando el pequeño salió del templo hinduista con una flor en la mano, su padre, extrañado, le preguntó de dónde la había sacado. Entonces el pequeño le dijo: - Me la ha regalado el niño con cabeza de elefante que se sienta sobre un loto ahí dentro. Está muy triste porque nadie quiere jugar con él. Yo le cogí de la mano y le hice reír un poco, por eso me dio esta flor como prasad. Todos los niños, aunque sean dioses, deberían tener a alguien para que jugara con ellos y les hiciera reír ¿no te parece, papá? – Entonces el padre, sin saber qué decir, miró a su hijo y, dejando todo lo que tenía que hacer, lo cogió de la mano y se fueron juntos a jugar al parque." 50 CUENTOS UNIVERSALES PARA SANAR TU VIDA



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