Resulta bastante curioso que seamos capaces de comprender que si dejamos de comer, el cuerpo enfermará. Que si dejamos de alimentar a la mente, cuando pasen algunos años degenerará. Y que si dejamos de alimentar los sentimientos, el corazón se hará tan duro como una piedra y tan pequeño que solo cogeremos en él nosotros mismos y nuestros demonios. Sin embargo, algunos piensan que, aunque dejen en ayunas al alma, eso no les afectará… ¡Qué gran error!

Cuando el espíritu se siente solo y triste, revolotea entre nuestras costillas dando vueltas alrededor del corazón, y eso se traduce en ansiedad, falta de aliento, ira, frustración y un “no sé qué me pasa, pero no estoy bien…” Lo que degenerará en lo que venimos llamando las Enfermedades del Alma. Cuyo único remedio es éste, darle a nuestro espíritu el sustento que necesita...

martes, 5 de enero de 2016

La Casa de Nasrudín.


Nasrudin estaba tratando de construir una casa. Como sus amigos ya tenían, y algunos eran carpinteros y constructores, Nasrudín se alegraba de recibir sus consejos. Uno detrás de otro le dijeron lo que tenía que hacer. Nasrudin siguió obedientemente las instrucciones de todos, pero cuando el edificio estuvo finalizado, no se parecía en nada a una casa. - Es curioso - dijo Nasrudin - ¡después de todo, hice exactamente lo que todo el mundo me dijo que hiciese!


No hay comentarios:

Publicar un comentario