Resulta bastante curioso que seamos capaces de comprender que si dejamos de comer, el cuerpo enfermará. Que si dejamos de alimentar a la mente, cuando pasen algunos años degenerará. Y que si dejamos de alimentar los sentimientos, el corazón se hará tan duro como una piedra y tan pequeño que solo cogeremos en él nosotros mismos y nuestros demonios. Sin embargo, algunos piensan que, aunque dejen en ayunas al alma, eso no les afectará… ¡Qué gran error!

Cuando el espíritu se siente solo y triste, revolotea entre nuestras costillas dando vueltas alrededor del corazón, y eso se traduce en ansiedad, falta de aliento, ira, frustración y un “no sé qué me pasa, pero no estoy bien…” Lo que degenerará en lo que venimos llamando las Enfermedades del Alma. Cuyo único remedio es éste, darle a nuestro espíritu el sustento que necesita...

miércoles, 27 de enero de 2016

La Ofrenda Perfecta



“Hace mucho tiempo, un peregrino llegó a Jerusalén y compró algunas frutas y flores para ofrecérselas a Dios. No obstante, cuando dejó los presentes frente al altar, oyó una Voz que dijo: - No quiero nada de lo que me has traído. Todo eso lo he creado Yo y me pertenece – El peregrino, comprendiendo que era Dios quien le hablaba, puso su frente en el suelo y dijo: - Oh Señor, perdóname. Dime qué te satisface y te lo traeré – Entonces la Voz le dijo: -  Ofréceme algo que sea tuyo – Pero el hombre, llorando, volvió a postrarse y balbuceó: - Oh Señor, no sé qué puedo ofrecerte que no te pertenezca. Lo único que tengo es a mí mismo, por favor, acéptame, me ofrezco a Ti. – Entonces Dios respondió: - Los hombres se satisfacen en traerme cosas que son mías, pero lo que Yo quiero es su ego, porque es lo único que han construido ellos mismos. Si me ofrecen su ego, Yo terminaré su obra y ellos la Mía.” 50 Cuentos Universales para Sanar tu Vida.

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