Resulta bastante curioso que seamos capaces de comprender que si dejamos de comer, el cuerpo enfermará. Que si dejamos de alimentar a la mente, cuando pasen algunos años degenerará. Y que si dejamos de alimentar los sentimientos, el corazón se hará tan duro como una piedra y tan pequeño que solo cogeremos en él nosotros mismos y nuestros demonios. Sin embargo, algunos piensan que, aunque dejen en ayunas al alma, eso no les afectará… ¡Qué gran error!

Cuando el espíritu se siente solo y triste, revolotea entre nuestras costillas dando vueltas alrededor del corazón, y eso se traduce en ansiedad, falta de aliento, ira, frustración y un “no sé qué me pasa, pero no estoy bien…” Lo que degenerará en lo que venimos llamando las Enfermedades del Alma. Cuyo único remedio es éste, darle a nuestro espíritu el sustento que necesita...

sábado, 20 de febrero de 2016

El Amor Ciego



"Érase una vez una chica que se odiaba mucho a sí misma por ser ciega. Igualmente, odiaba a todo el mundo, excepto a su novio, porque siempre que lo necesitaba, él acudía al instante. Así, un día, en un arrebato de amor, le dijo: - Si alguna vez pudiera ver el mundo, aunque sólo fuera por un instante, ese día me casaría contigo. – Y, como un cuento es un cuento, al día siguiente la llamaron del hospital diciéndole que alguien había donado unos ojos para ella. Cuando terminaron de operarla y, pasado el tiempo, por fin le retiraron el vendaje, lo primero que vio fue a su novio, en pie frente a ella. Entonces él le preguntó: - Ahora que ya puedes ver ¿quieres casarte conmigo? – Pero en ese momento la chica se dio cuenta de que él era ciego y la apariencia de sus párpados cerrados la impresionó tanto que hizo que se negara. Comprendiendo la situación, el chico se marchó sin decir nada, pero días más tarde dejó una nota en su buzón y que decía así: - Cuida bien de tus ojos, mi amor, porque antes de ser tuyos, fueron míos"

Escucha este cuento y otros más en nuestra sección de canal del misterio "el Templo". A partir del minuto 29. ¡Espero que os guste"

domingo, 7 de febrero de 2016

Sundarar


"Hace mucho tiempo, el rey de cierta región, mientras paseaba con su carroza, se cruzó con un niño llamado Sundarar. Reconociendo en el pequeño las marcas de la iluminación, quiso adoptarlo. Así, el tiempo pasó y, cuando llegó a la mayoría de edad, el rey le buscó una buena esposa, pero antes de contraer nupcias, un viejo mendigo se presentó en la corte reclamando al pequeño como su esclavo. Mientras Sundarar le miraba pensando que estaba loco, el rey le pidió sus pruebas. Entonces el hombre le enseñó una hoja firmada por el abuelo de Sundarar donde éste le cedía a toda su descendencia. Contrariado por aquella extraña situación, el rey llamó a los jueces para que dilucidaran si esa petición era legítima. Cuando los jueces llegaron y examinaron el documento, efectivamente tuvieron que dar la razón al mendigo, sin embargo, queriendo saber las circunstancias que le habían llevado a realizar un pacto tan singular, le animaron a que narrara toda la historia, por lo que el hombre dijo que un día, el abuelo del muchacho entró en su casa y le pidió que salvara a toda su familia de la esclavitud de la vida mundana. Totalmente desconcertados, los jueces no entendieron cómo alguien podía salvar a alguien de la esclavitud haciéndolo su esclavo, sin embargo, un erudito de la corte, mirando fijamente al mendigo, se postró ante él y, con la voz entrecortada, le suplicó que les dijera dónde tenía su morada. Sonriendo, el anciano les condujo hasta una pequeña montaña cerca de la aldea, donde se levantaba un antiguo templo, pero cuando entró en él, desapareció. Sundarar, comprendiendo que Dios mismo, cumpliendo la promesa que le había hecho a su abuelo, había venido a buscarle para evitar que se encadenara a los trajines de este mundo, se echó a llorar y se quedó para siempre sirviéndolo allí, componiéndole canciones que todavía hoy se recuerdan. Pero como la primera vez que le vio, pensó que era un loco, algunos de sus poemas de amor comienzan llamándole ¡Oh, mi loco!" Antiguo relato hindú

miércoles, 3 de febrero de 2016

La música del ney



"Hace mucho tiempo, un genio malvado, celoso de la intensa pasión que sentían dos enamorados, convirtió a la chica en cañaveral y al chico en pájaro. Pero como ni así pudo conseguir que se separaran, cogió al pajarillo y lo encerró dentro del pecho de un pastor que dormía cerca. Sin embargo, cuando el pastor despertó y escuchó el sonido del viento pasar por entre el cañaveral, sintió al pájaro revolotear en su interior, elevándolo hasta regiones del amor nunca antes conocidas ni descritas. Dejándose arrastrar por ese sentimiento, el hombre decidió cortar un trozo de caña y hacerse una flauta con ella. Así, cada vez que la hacía sonar, el pajarillo golpeaba las paredes de su pecho llamando a su amada, loco de pasión. Cuenta la leyenda que tiempo más tarde llamaron a esa flauta ney, y a los descendientes de aquel pastor, derviches. Y que se les podía reconocer porque, cada vez que oían el sonido del ney, el espíritu del pájaro en su corazón los hacía girar sobre ellos mismos, enloqueciendo de pasión."

http://www.casadellibro.com/libro-50-cuentos-universales-para-sanar-tu-vida-ensenanzas-tradicionales-para-alcanzar-el-bienestar-y-la-felicidad/9788494381058/2614218