Resulta bastante curioso que seamos capaces de comprender que si dejamos de comer, el cuerpo enfermará. Que si dejamos de alimentar a la mente, cuando pasen algunos años degenerará. Y que si dejamos de alimentar los sentimientos, el corazón se hará tan duro como una piedra y tan pequeño que solo cogeremos en él nosotros mismos y nuestros demonios. Sin embargo, algunos piensan que, aunque dejen en ayunas al alma, eso no les afectará… ¡Qué gran error!

Cuando el espíritu se siente solo y triste, revolotea entre nuestras costillas dando vueltas alrededor del corazón, y eso se traduce en ansiedad, falta de aliento, ira, frustración y un “no sé qué me pasa, pero no estoy bien…” Lo que degenerará en lo que venimos llamando las Enfermedades del Alma. Cuyo único remedio es éste, darle a nuestro espíritu el sustento que necesita...

martes, 24 de mayo de 2016

Mi Tesoro



"El ayer es una advertencia, el hoy es una oportunidad y el mañana es una ilusión" Dicho Sufí

Hace mucho tiempo un rey tuvo un hijo y, como herencia, le regaló un gran cofre lleno de monedas de oro que sin embargo también contenía una advertencia: - ¡No malgastes este tesoro porque no podré darte ni una sola moneda más! - Así, el muchacho fue creciendo y gastando sus monedas, al principio con mesura, pero después sin precaución. Poco a poco fue desperdiciando todas sus riquezas acumulando cosas banales, comprando palacios cada vez más grandes, carruajes cada vez más lujosos, ropa cada vez más cara y creándose una imagen social acorde a las modas de la sociedad, hasta que, al cabo de un tiempo, miró dentro del cofre y se dio cuenta de que apenas le quedaban ya algunas pocas monedas. Entonces, muy preocupado, fue a ver a su padre, pero éste le recordó su advertencia. - ¡No podía darle más! - Llorando, el joven se dio cuenta de que había malgastado todo su tesoro en sí mismo, pero en cambio no había invertido nada en ayudar a los demás, en aliviar el dolor de los necesitados ni en remediar el sufrimiento de sus semejantes. Pronto las monedas se acabaron y el joven murió, porque el tesoro que se le había concedido realmente no eran monedas de oro, sino algo más valioso... el tiempo. Un tiempo que, como él, nosotros tampoco valoramos y por tanto malgastamos en toda clase de distracciones hasta que nos damos cuenta de que cada vez nos quedan menos monedas dentro del cofre de nuestros días y, de la misma manera que le sucedió al joven, quizás entonces ya sea demasiado tarde.


"Paseando por Konya, por el Jardín de los Espíritus, entre las tumbas de los antiguos derviches que están enterrados junto a su maestro, escuché el ulular del viento trayéndome un mensaje, me dijo: - ¡No pierdas el tiempo!" 99 Cuentos y Enseñanzas Sufíes

http://www.casadellibro.com/libro-50-cuentos-universales-para-sanar-tu-vida-ensenanzas-tradicionales-para-alcanzar-el-bienestar-y-la-felicidad/9788494381058/2614218